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INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

La Sobarriba (Supra Ripa), Tierra Sobre La Ribera - Sobre los Ríos- altos y valles entre los cursos del Torío y del Porma.

Ponerse a escribir sobre una comarca determinada ya presupone configurar la misma Es muy difícil enmarcar un territorio con unos lindes determinados, ya que a lo largo de la historia estos límites generalmente han ido cambiando y en este caso en que se trata de una comarca no muy determinada por accidentes geográficos es aún más difícil. Además, no se me oculta la dificultad que entraña el estudio de la si se tiene en cuenta que dentro de ella no se han descubierto al menos por el momento excavaciones o restos que nos permitan aventurar unos hechos o aseveraciones que sí es posible en otros lugares que han tenido a lo largo de la historia una importancia más o menos grande y que han dejado unos vestigios a través de los cuales es posible demostrar hipótesis de trabajo. Hay que mencionar que el aspecto de la Sobarriba, era muy posiblemente, muy diferente del que poseemos ahora en el siglo XXI y siglos anteriores. La necesidad de madera, tal como ocurrió posiblemente en toda Tierra de Campos hizo que se produjera la tala casi total de encina y roble que incluso el Madoz en el año 1835, cita a Villacete con alguna masa de encinar y robledal. Me refiero sobre todo a la parte de la historia donde las fuentes de información se deben fundamentalmente a restos arqueológicos, es decir desde el inicio de la historia del hombre hasta que aparecen los primeros documentos que nos hablan de la Sobarriba o de algún núcleo de población a ella perteneciente.
No obstante y a modo de introducción procuraré establecer teorías sobre todo en lo que se refiere a la historia de los pobladores celtas y romanos hasta la llegada de los musulmanes a partir de los cuales comienzan a aparecer documentos que ya nos hablan de esos núcleos de población de los que actualmente conservamos los nombres de personas, apellidos y parajes, aunque sea un poco reformados.
Sin embargo, uno de los problemas con los que se encuentra el investigador es la dificultad de distinguir el lugar a que se refieren, por existir duplicidad o triplicidad de lugares con el mismo nombre. Esto ocurre en la Sobarriba con varios nombres como Villacete, Santa Eugenia, Santovenia, Valdefresno, o Villaseca, lugares también existentes en la Zona de Sahagún Cea o Astorga y que los encontramos frecuentemente en documentos. Para su ubicación, me he guiado, como me imagino los estudiosos de estos temas, por datos unidos a los documentos, como por ejemplo, la coincidencia de testigos que aparecen en otros documentos del mismo lugar o próximo, por los lindes del bien, por la proximidad del Monasterio por iglesia que recibe o vende o por los parajes etc.

Es de suponer que si en la cornisa Cantábrica en el Paleolítico ya existían grupos humanos, no es difícil de aventurar que existieses mas tarde o más temprano habitantes en la meseta y sobre todo en las cercanías de los grandes ríos como el Esla o el Porma. Sin embargo como decía al principio es simplemente una deducción puesto que pocos restos de esa época aparecen el valle del Duero y menos en nuestra Comarca que por sus condiciones geológicas poco favorecen la conservación de los mismos. Hablar de la Prehistoria en la Sobarriba, es referirnos a unos pocos estudios, en parte hipotéticos y de conclusiones un tanto aventuradas, pero que nos hacen presuponer una historia, sin lugar a dudas condicionada e influenciada por restos hallados en lugares más o menos próximos, de los que su mayor exponente es sin lugar a dudas Atapuerca.


Los restos arqueológicos que se pueden determinar antes de la llegada del Neolítico, son yacimientos al aire libre. No hay cuevas en nuestra comarca, como en las montañas o cerca del mar, la mayor parte de ellos hay que buscarlos en las terrazas de los ríos, principalmente en el Porma y Torío. Hay que citar en este sentido, el trabajo de P. Castellanos de "Esquema geomorfológico de la vertiente occidental del Valle del Porma" o la "Carta arqueológica de la provincia de León" de F. Miguel Hernández.

 

Los ríos al bajar de nivel, dejan playas en las que se asientan poblados. Al subir el nivel por tiempo más o menos largo, glaciaciones o bien en épocas de pluviosidad, las playas son abandonadas por sus pobladores, olvidando o perdiendo objetos que se desperdigan por el lecho del río por un radio más o menos amplio.

P. Castellanos localiza una industria lítica en el triángulo Villacete- Paradilla- Sanfelismo, existente hace más o menos 150.000 años. Este yacimiento lítico, llamado Valdelamora, como el paraje donde se halla, pertenece al pueblo de Villacete. El Yacimiento tiene por límites, al norte la vertiente de un pequeño valle que linda con los terrenos de Paradilla; al Este con un lugar conocido como el Montico, al sur con una zona llamada Las Canales, muy próxima a Villacete y al Oeste con los lugares llamados Los Manzanales y la Llanera. Los hallazgos de ésta industria lítica son predominantemente de cuarcita en forma de canto rodado y las formas lo constituyen fundamentalmente lascas, gran parte de ellas sin transformar.

En cuanto al Mesolítico, hay que decir, que pocos son los restos hallados de ese periodo y los escasos restos en nuestra provincia hoy por hoy se localizan la mayor parte de ellos en la zona norte entre Asturias - Santander y León y en alturas entre 1.000 y 1.200 metros.

Hablar del Neolítico en nuestra región, supone hablar de un Neolítico no específicamente datado al Neolítico europeo. En el Noroeste español hay que hablar de un Neolítico que tiene sureinado hacia 5.000 años antes de Cristo y centrado fundamentalmente en el Noroeste de nuestra provincia, destacando los hallazgos de La Uña y Vegabaño. Hay que destacar otros lugares de menos trascendencia en cuanto a hallazgos que nos consten al día de la fecha, como son los hallazgos de 6 hachas pulimentadas en las laderas de la Candamia, o los restos de Lancia, cerca del pueblo de Villasabariego. No obstante, y a pesar de lo dificultoso de perdurar en el tiempo restos arqueológicos en una región como La Sobarriba, el vacío de restos de estas épocas, se debe más que a la ausencia de yacimientos a la escasez de proyectos de investigación. Hacia 1.300 antes de Cristo, podemos centrarla aparición de la edad del bronce y que se extiende durante aproximadamente durante quinientos años. Pocos datos podemos aportar de ella, debido a la escasez de investigaciones al respecto. Las principales investigaciones llevadas a cabo se han realizado en Vidanes, cerca de Cistierna y en la zona de Calzada del Coto y que tampoco han aportado grandes ideas de la forma de vida y costumbres de la época. Los restos encontrados si nos dicen que las habitantes de la época se dedicaban fundamentalmente al pastoreo y en menor medida a la agricultura. Está época, sí esta claramente condicionada por la aparición y el desarrollo de la minería. Hay constancia de las explotaciones mineras de Carmenes, dedicadas a la explotación del Cobre. De esta época, son los hallazgos de los campamentos de Cogotas y más próximos a la Sobarriba los de Valle de mansilla o Jabares de los Oteros. Esos descubrimientos nos hablan de la aparición de silos de barro para almacenamiento de grano, lo que nos permite pensar en poblaciones estables sobre todo a finales de esta edad de Bronce. Los poblados de esa época según se conforman las excavaciones, estaban rodeadasde un foso, con una cerca de tierra alrededor, lo que hace suponer un precedente de los castros y un preinicio de la edad de hierro. Sobre el año 800 comienzan las invasiones de los pueblos del Norte de Europa que de forma escalonada y a través de Francia, acuciados presumiblemente por el hambre, la superpoblación o por huir de enfermedades se van introduciendo en España y posteriormente, acorralados por otros pueblos, llegan a las riberas de los ríos y las montañas. Comienza en el territorio de la meseta norte la Edad de Hierro

Los yacimientos cerca de la Sobarriba, tales como los llevados a cabo en cerezales del Condado, Castrillo del Porma o Villafañe, nos dicen de Poblados defendidos por cercas o empalizadas y fosos; vivían en cabañas, de plantas semicirculares de 4 a 9 metros de diámetro, con paredes hechas de ramas y barro, que más tarde fueron sustituidas por adobes. La plenitud de la edad de hierro, coincide con la aparición de los celtas en nuestra provincia, alrededor del 400 antes de Cristo y con ellos sino la aparición de las primeras aldeas, sí la consagración de las existentes en la edad de bronce con formas modificadas de las existentes. Su forma pasa a ser rectangular y plenamente de arcilla en forma de adobe.

Por los restos encontrados, podemos saber que por ejemplo animales que hoy en día nos son familiares, como los gatos, gallinas o asnos, no se hallaban presentes en esa época en nuestra región, por haber sido incorporados a nuestro país con posterioridad por los distintos pueblos invasores. Es necesario mencionar aquí, los Grandes cantos, procedente posiblemente de la cultura Astur o Céltica, situados como Lindes o mojones, posiblemente delimitadoras del territorio de la tribu. Es la cultura de los Cantones, y que aparecen a lo largo de la geografía Leonesa. En la Sobarriba, existe uno en la Senda que comunicaba Sanfelismo con Paradilla, que aún perdura medio enterado así como otro descubierto en Los Ajos, en casa recientemente construida y que por no sacarlo a flote, fue tapado con hormigón. Estamos hablando aún, en lo que respecta a la Sobarriba, de una región, muy poco poblada y con escasas y muy pequeñas poblaciones ibéricas, presumiblemente con grandes masas de roble y encina y escasas tierras de labor. No obstante la existencia de aldeas o castros tuvo que ser suficientemente abundante como en el resto de la geografía Leonesa, como lo prueban los topónimos que han llegado a nuestros días. Así en gran parte de los pueblos de la Sobarriba, aún se conservan nombres que hacen referencia a los Castros: Castro del Condado, antes de la Sobarriba, Castrillino, en linde con la Sobarriba, y términos en gran parte de ellos que hacen referencia los mismo:

Trasdecastrillo en Paradilla . La Sobarriba contemplaba las esfinges romanas de la Legio VII Gémina desde la otra parte del Porma que se había situado en Villasabariego para someter a los rebeldes pueblos Cántabros y Astures. Lo que sí parece también claro, es que la Sobarriba, fue testigo directo al menos de la batalla que en el año 24 antes de Cristo sostuvieron los Astures contra los Romanos, al parecer próxima a Lancia y donde la gran parte de los Astures fueron derrotados y eliminados los supervivientes dentro de la propia ciudad de Lancia.

La romanización llegó más tarde o más temprano a toda la Península con mayor menor intensidad y a excepción de ciertas regiones montañosas del Norte, bien se puede decir que se llevó a cabo con éxito. La influencia Romana determinó aspectos importantes en toda la Península y por supuesto en nuestra comarca. Posiblemente, el aporte de conocimientos como el riego o el arado determinó una nueva orografía León, fue la tierra de los Vacceos y Bárdulos por el Sur y de Astures por el Norte. La adaptación a los romanos fue relativa fundamentalmente en la zona Norte. Los romanos, más que tomar una postura romanizante, se limitaron en León, a estar expectantes como fuerza de retén en caso de posibles ataques de otros pueblos y ocasionalmente contra alguna incursión Astur. También hay que anotar que la Sobarriba, fue cruzada por la Vía I, que entraba en la provincial de León desde Sahagún en dirección a Masilla, bifurcándose una ruta hacia Astorga (Austurica Augusta) y otra hacia León, pasando por el Puente Villarente y la Sobarriba hacia Puente Castro, posiblemente algo más a la derecha de la carretera actual que va hacia León.

Asimismo, desde el puente Villarente partía una calzada que se subdividiría en Barrio de nuestra Señora, una en dirección al Valle del Curueño y la otra hacia Boñar. Es posible que el emperador Augusto, si nos fiamos de los escritos de Romano Floro, una vez vencidos los Astures les ordenó habitar y poblar el llano, por lo que parte de ellos se trasladasen de las montañas a los valles de los ríos Porma y Esla y a las comarcas límites entre la montaña y a meseta, formando alguna aldea o aumentando la población de las ya existentes.

Lancia, según algunos autores, como Plinio el Viejo, fue ciudad de los Astures. En el itinerario de Antonino, se reconoce como una Mansión Viaria llamada Lance y poblada sucesivamente tanto por Astures, como por romanos y otros pueblos. La llegada de los Bárbaros, pone fin al dominio de los romanos en la península, y por consiguiente en nuestra provincia y en la Sobarriba. No obstante hablar de invasiones que influyeran de forma absoluta en nuestra pequeña comarca, es al menos improbable, debido fundamentalmente a dos aspectos.

Por un lado, la escasa importancia de la Sobarriba tanto agrícola, ganadera o minera, así como estratégica. Por otro lado la Sobarriba toma importancia a raíz de la aparición de León como Ciudad, es decir a partir de fundar los reyes Leoneses su capitalidad en León, necesitando la misma de su alfoz para su supervivencia, con el consiguiente florecimiento de los poblados cercanos a la misma.Lo más probable, es que a la llegada de los Visigodos a la Península, nuestra comarca, estuviese poblada por pequeños y escasos núcleos rurales indígenas, que pocas condiciones favorables ofrecieron tanto a romanos celtas y visigodos a excepción de los situados en las vegas y las márgenes de los ríos y que poseían cierta riqueza agrícola y buena situación estratégica como lugares de observación y paso de norte a sur y viceversa.

Más tarde de la dominación romana, durante los siglos VI al IX, debido posiblemente a las malas condiciones climáticas y a la aparición de enfermedades y epidemias, se produjo un descenso importante de la población de la región Leonesa, descenso que se mantuvo con una población mínima, hasta que los reyes astur-Leoneses iniciaron una repoblación que por sus expectativas atrajo a los habitantes del Norte, que buscaban, sin lugar a dudas mejora en sus condiciones y promesas de sus reyes. Por otro lado los mozárabes, provenientes del sur, huyendo de las imposiciones y radicalizaciones de posturas de los moros y de otra los gallegos y asturianos con deseo de nuevos horizontes. El siglo V y VI de dominio suevo y visigodo no nos depara grandes descubrimientos dada la escasez de documentos escritos y escasez de excavaciones que se han llevado a cabo. A partir del siglo VII comienzan a aparecer documentos acreditativos de la existencia de poblaciones y asentimientos en nuestra comarca. Las repoblaciones e incursiones llevadas a cabo por los reyes asturianos, la forma de poblar las tierras, sino todas, gran parte de ellas, bien por presura, por orden del rey a través de condes o personas de confianza del rey, por donación o compraventa, aparecen nombres y topónimos, que con el desgaste normal que produce el uso en el tiempo, nos han legados hasta nosotros.Hay que decir que parte de nuestras instituciones que conservamos, nos vienen de la época romana o de la visigoda. Las Juntas vecinales, "Conventus Publicus Vecinorum ", son de origen visigodo. No cabe duda que como comarca, más o menos limitada, la Sobarriba, como cualquier lugar, ha estado conforme avanzaban los tiempos cambiando de manos de forma continua, desde que las sucesivas invasiones se produjeron en la península. Más tarde, con el aumento del poder de los Reyes y nobles, fue cambiando su dominio y tributando a unos y otros, dependiendo de la suerte y le época.

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